Antes de iniciar el desarrollo de éste análisis es importante destacar que, vistos
ambos aportes como introducciones al estudio de la materia Historia de la
Teología, se entiende que éste no llevará, por ahora, de modo alguno, a un
resultado concluyente en cuanto a la caracterización y diferenciación de la
materia en el desarrollo de ambos libros. Pues como análisis de las
presentaciones introductorias que alumbran someramente el camino próximo a
recorrer, se desarrollará únicamente lo expuesto en estas páginas y los
análisis extraídos de ellas.
Para comenzar, se puede mostrar una diferencia
significativa en la caracterización que presentan los autores de la BAC (José
Luis Illanes y Josep Ignasi Saranyana) entre la Historia y la Historia de
la Teología propiamente dicha, debido a
que esta última se centra más en los aspectos teológicos, buscando “educar la
propia inteligencia al empeño de pensar en la fe y desde la fe”[1].
Diverso pues a lo presentado por Juan Belda Plans, quien, al inicio, se
concentra más en desarrollar los aspectos básicos de la teología. En éste autor
como se verá más adelante, se aprecia un poco de inclinación hacia el estudio
de la teología en su aspecto más histórico, o al menos eso deja relucir en su
presentación, cuando dice: “un método posible (para el estudio de tan amplia
materia), sería exponer los distintos modelos teológicos que se han presentado
a lo largo de los siglos, para observar, cómo a partir de un punto determinado,
la teología nace, crece, madura y se desarrolla cada vez más”[2]
Igualmente lo expresa con estas palabras “en el fondo, la teología siempre
implica una respuesta de la inteligencia cristiana ante los retos y problemas
planteados por la cultura de una época determinada”[3].
Por su parte Illanes y Saranyana insisten en profundizar en la verdad de las
cosas, en éste caso la teología, dialogando con lo dicho por los antiguos
(teólogos), para comprender verdaderamente lo que en la historia se narra.[4]
Una postura un poco más interesante para nuestros estudios teológicos.
Otro aspecto
de divergencia entre estos autores es la periodización que hacen de la Historia
de la Teología. Por una parte encontramos una periodización bastante general
(Illanes y Saranyana) que, según ellos, sintetiza y expone de modo estructurado
y armónico la teología a lo largo de la historia. “Parece preferible dividir
esta historia atendiendo a las tres etapas que, a nuestro juicio, ha recorrido:
el período patrístico, el período escolástico y el período moderno o
contemporáneo”[5] E aquí entonces una
diferencia notoria en relación a la estructura expuesta por Belda Plans, quien se
esfuerza por precisar más en detalle aspectos de ésta Historia, hablando de
algunas épocas concretas, que conllevan a unos ciertos modelos teológicos.[6]
Así pues, organiza, para su estudio, la Historia de la Teología de la siguiente
manera: Teología Patrística, Teología Monástica, Teología Escolástica Medieval,
Teología Humanista del Siglo XXI, Teología Barroca, Teología Racionalista
Ilustrada, Teología de la Época Romántica y Liberal, Teología Contemporánea I
(S. XX, primera mitad), Teología Contemporánea II (S. XX, segunda mitad) y
Teología Contemporánea III (finales del S. XX, y S.XXI).
Es de resaltar
que, aún con sus diferencias, de un modo muy general, ambos coinciden en
matizar tres grandes momentos en la Historia de la Teología: La Patrística, La
Escolástica y la Contemporánea con sus diversas expresiones.
Igualmente es
de alabar el esfuerzo que ambos escritores hacen por diferenciar la Historia de
la Teología de otras ideas o historias con que tienden a confundirla, como lo
son:
-
La diferencia entre Historia de
la Teología e Historia de la Filosofía.
- La diferencia entre el estudio de
la Historia de la Teología y el estudio de la Patrística propiamente dicha.
-
La diferencia entre Historia de
la Teología y la Historia de los Dogmas.
A su vez se
encuentra la clarificación que realiza Belda Plans al comienzo de su introducción,
señalando la noción, el objeto, y la metodología a utilizar en el estudio de la
Historia de la Teología, para, de esta manera, diferenciarla de otros saberes
con los cuales, como ya se dijo, se tiende a confundirla.
Estudiante: Casanova Medina Enzo Enmanuel
[1] José Luis Illanes y Josep Ignasi Saranyana, Historia de la Teología, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid,
1995, p. XVI.
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