sábado, 23 de enero de 2016

Línea de tiempo del período contemporáneo

Francisco David Pérez Pérez
Línea de tiempo del período contemporáneo

LA TEOLOGÍA EN EL SIGLO XX (I) l
I. LA TEOLOGÍA CATÓLICA EN EL INICIO DEL SIGLO


Autor
Año/siglo
Pensamiento, Obra.
Pío IX
Concilio Vaticano I
1870
Hacer frente a las necesidades doctrinales y pastorales. Dos grandes constituciones aprobadas —la Dei Filius y la Pastor aeternus— abordan dos cuestiones básicas, con el deseo de ir al centro de los problemas debatidos a lo largo de toda la centuria que precede.
Maurice Blondel
(1861-1949)
El pensamiento blondeliano. la más importante de sus obras: L 'action, objeto de una tesis doctoral presentada en la Sorbona en 1893 y publicada ese mismo año. En ella Blondel aspira a enfrentarse con los planteamientos racionalistas y positivistas, imperantes en gran parte de los ambientes intelectuales franceses y europeos del momento.
Alfred
Loisy
(1857-1940)
De un libro breve, pero muy expresivo: L'Évan: gile et l 'Eglise. reducción del Evangelio a una doctrina moral —lo que implica, a modo de conclusión, considerar que la aparición y desarrollo de la Iglesia constituye, en realidad, un proceso marginal e incluso heterogéneo en relación al Evangelio—Loisy afirmaba la continuidad entre la Iglesia y el Evangelio, pero, adhiriéndose a la escuela escatológica, sostenía que Jesús, que consideraba inminente el fin del mundo, no pensó en fundar comunidad organizada alguna; la Iglesia fluye no obstante del Evangelio en cuanto prolongación necesaria de la predicación de Jesús al dilatarse el acontecer de la parusía.
George Tyrrell
(1861-1909)
Defendía una interpretación simbolista de los dogmas y se propugnaba un misticismo religioso presentado como contrapuesto a la exterioridad eclesial. La encíclica Pascendi, promulgada por Pío X dos meses después del decreto recién mencionado, concretamente, el 8 de septiembre de 1907. La Pascendi describe el pensamiento de los modernistas o modernismo.
De cara al conjunto del siglo xx: fermentos
De renovación teológica
SIGLO XX
los estudios bíblicos, los estudios patrísticos, el desarrollo del pensamiento filosófico de inspiración cristiana, la renovación litúrgica, el resurgir de los estudios místicos, la nueva conciencia eclesiológica, los movimientos, realidades e instituciones que condujeron a una reafirmación de la vocación sacerdotal primero y laical después, el movimiento ecuménico.  Desde una perspectiva institucional, un hecho debe ser destacado: la promulgación por Pío XI, el 24 de mayo de 1931, de la constitución Deus scientiarum Dominus sobre las facultades de estudios eclesiásticos, con particular atención a las Facultades de Teología.
El proceso de recuperación de la tradición
Tomista y sus diversas interpretaciones
1914
El movimiento tomista alcanzó, a lo largo de la primera mitad del siglo XX, una particular intensidad, de la promulgación de la Aeterni Patris, predominó la orientación filosófica sobre la teológica.
Santiago Ramírez
(1891-1967)
Espíritu y por metodología, el más cercano a los comentaristas clásicos.
Antonin-Gilbert Sertillanges
(1863-1948)
Fidelidad a la doctrina tomista, acompañado por una decidida preocupación por confrontarla con las corrientes más significativas del pensamiento contemporáneo.

Jacques Maritain
(18821973
Representa, en efecto, un tomismo fuertemente anclado en los principios metafíisicos, gnoseológicos y antropológicos de Tomás de Aquino.

Etienne Gilson
(1884-1978)
Gilson puso de manifiesto la necesidad de estudiar directamente a Tomás de Aquino, El resultado de ese esfuerzo fue la reafirmación de la primacía del acto de ser (actus essendi).

Désiré Joseph
Mercier
(1851-1926)
Mercier se enfrentó decididamente con Kant, pero, al mismo tiempo, consideró que resultaba imprescindible plantearse el problema crítico, a fin de fundamentar la capacidad de la inteligencia humana para abrirse al ser; aspiró, en consecuencia, a estructurar una criteriología filosófica o, en otros términos, un realismo críticamente fundado, como introducción o paso previo al resto del proceder de la inteligencia.

Joseph
Maréchal
(1878-1944)
Obra sobre El punto de partida de la metafísica plantea y desarrolla un intento de lectura de la doctrina gnoseológica de Santo Tomás en clave kantiana.

Juan González Anntero
(1860-1928)
Aspiró a renovar a la vez la eclesiología y los estudios místicos, considerando la vida de la Iglesia desde la perspectiva del desarrollo de la santidad, como testifica su obra más importante: Desenvolvimiento y vitalidad de la Iglesia, cuyos cuatro tomos fueron publicados entre 1908 y 1911.

Louis Billot
(1846-1931)
Profesor de dogmática en la Gregoriana, de orientación más especulativa.

Reginald Garrigou-Lagrange
(1877-1964)
Orientó su producción en tres direcciones. Gnoseología, comentario —con una fuerte influencia de Cayetano y Juan de Santo Tomás y hacia la Teología espiritual.

Ambrose Gardeil
(1859-1931)
Buen conocedor de la tradición escolástica, con la que se vincula; estuvo hondamente preocupado por los planteamientos de metodología teológica, a fin de promover una Teología a la vez especulativa y en conexión vital con el dato revelado, y por tanto con los estudios bíblicos e históricos.

Marie-Dominique Chenu
(1895-1990
La Teología —afirma Chenu— debe ser solidaria con el propio tiempo, y, en consecuencia, no puede reducirse a conceptos y fórmulas fijas, ni siquiera aunque se trate de conceptos y fórmulas acuñadas por una personalidad de la envergadura intelectual del Aquinate.

Yves-Marie Congar
(1904-...)
sintió hondamente la preocupación por el ecumenismo y, en consecuencia, por los temas eclesiológicos, orientación que se acentuó posteriormente como consecuencia del contacto con la obra de Mohler y del influjo que sobre él ejerció la relación con algunas experiencias pastorales, particularmente los movimientos de Acción Católica.

Lyon-Fourviére

Hace referencia en realidad a dos centros diversos: el Instituto Católico de Lyon y el estudio teológico del noviciado de la Compañía de Jesús situado en la cercana colina de Fourviére.

Henri de Lubac
(1896-1991)
Aspiró desde el principio a promover una teología que fuera capaz de ir al núcleo, a la vez e inseparablemente, de la fe cristiana y del misterio del hombre.

Jean Daniélou
(1905-1974)
Importantes obras sobre la teología y la espiritualidad de los primeros siglos cristianos, así como —contando con la colaboración, entre otros, de De Lubac— un impulso decisivo a una de las iniciativas más importantes en orden a la promoción del estudio de los Padres, vistos precisamente como fuente de renovación teológica: la colección Sources chrétiennes.

Charles Journet
(1891-1975)
Las aportaciones más importantes hacen referencia a la eclesiología.

Gustave Thíls
(1909-....)
Cuya Teología de las realidades terrenas marcó una época e introdujo una expresión que ha perdurado en el lenguaje teológico.

Karl Adam
(1876-1966)
cuyo Das Wesen des Katholizismus (La esencia del catolicismo), de 1924, al poner de manifiesto que la fe católica tiene su centro no enuna idea, sino en la realidad de Cristo vivo y presente en la Iglesia, contribuyó poderosamente a relanzar una teología con fuertes acentos existenciales.

Erich Przywara
(1889-1972)
Uno de los autores más influyentes en el período de entreguerras, que en su monumental obra sobre la analogía entis subrayó con fuerza la realidad de la inmanencia y trascendencia de Dios tal y como se nos revela en el cristianismo.

Romano Guardini
(1885-1968)
El pensamiento guardiniano se estructura a partir del concepto de oposición polar o polaridad: la existencia de los seres vivos, y particularmente la del ser humano, está dominada por la tensión entre polos opuestos, de tal manera que la unidad no se alcanza de forma monista, sino integradora.

Odo Casel
(1886-1948)
cuya «teología de los misterios», según la cual en los ritos sacramentales se hace presente no sólo Cristo resucitado,' sino los actos histórico-concretos que Jesús realizó durante su vida terrena, suscitó un amplio debate

Joseph A. Jungmann
(1889-1975)
la propuesta de dar vida a dos teologías: de una parte, la teología científica, de orientación metafísico-sistemática, centrada en el misterio de Dios en sí mismo; de otra, la teología de la predicación, de carácter histórico-psicológico, estructurada en torno a la figura de Cristo y su obra de salvación.

Michael
Schmaus
(1897-1993)
Elabora un manual —su Katholische Dogmatik— en el que procura integrar —con notable acierto, teniendo en cuenta el salto que representa respecto a manuales anteriores— los aspectos científico-especulativos con los ascético-espirituales y culturales.

Karl Rahner
(1904-1984)
Rahner empleó: «giro antropológico» (anthropologische Wende). Al hombre, ser espiritual consciente de sí, nada puede serle anunciado o comunicado como procediendo pura y simplemente desde fuera de él. Rahner acepta, en suma, con Kant y con Hegel, que al espíritu no puede advenirle nada, absolutamente nada —incluida la revelación cristiana con todo lo que contiene—, que no esté prefigurado en él; pero, aun aceptando ese punto, considera a la vez que ello no excluye la gratuidad, libertad y trascendencia de la revelación.

Karl Barth
(1886-1968
Aspira a proclamar con términos fuertes, e incluso extremados, la trascendencia absoluta de Dios, frente a la que sitúa la realidad dramática del pecado. Dios —afirma Barth— es el Deus absconditus, el Dios «totalmente otro» (ganz andere), al que ningún concepto y ninguna realidad humana puede alcanzar. La Teología es entendida ahora por Barth —al igual que en la etapa anterior— como teología de la palabra, como saber basado por entero y exclusivamente en la palabra divina, única fuente de verdadero conocimiento de Dios.

Emil Brunner
(1889-1966)
Compartió plenamente con Barth el deseo de superar la teología liberal afirmando la total trascendencia de la fe cristiana, aunque se separó de él para desarrollar un planteamiento antropológico en el que se reconoce que la razón y la naturaleza ofrecen un punto de enganche (Anknüpfungspunkt) para la fe y la gracia.

Friedrich Gogarten
(1887-1967)
Es partícipe también, en los comienzos, del movimiento de la teología dialéctica, pero que inició luego un distanciamiento de las posiciones originales más fuerte que el de Brunner, hasta desembocar en una reflexión sobre la cultura basada en la valoración de la época moderna como época secularizada.

Rudolf Bultmann
(1884-1976)
Discípulo, como Barth, de Wilhelm Herrmann y simpatizante. Representa, en efecto, la continuación de la teología liberal, aunque en un nuevo contexto histórico-cultural, el que deriva del pensamiento de Heidegger. Su planteamiento exegético, que entronca con el modo y con los presupuestos de escuela liberal, le condujo a poner en tela de juicio la historicidad de las narraciones evangélicas y, en consecuencia, a dudar de toda posibilidad de alcanzar un conocimiento científicamente cierto respecto a la vida real de Jesús.

Osear
Cullmann
(1902-....)
Exegeta y teólogo que tomó posición neta frente a todo intento ión neta frente a todo intento
de reducción del Evangelio a una pura interpelación existencial. Dios manifiesta su poder cuando quiere y como quiere—, pero real, ya que las intervenciones divinas no son caprichosas o arbitrarias, sino fruto de un designio dotado de finalidad y de sentido: la realización de la salvación en y por Cristo.

LA TEOLOGÍA EN LAS ÁREAS CULTURALES DE LENGUA CASTELLANA, ITALIANA E INGLESA
Panorámica general: Emilio Sauras (1908-1991) 62, entre los dominicos; Joaquín Salaverri (1892-1979) 63 y José Antonio de AIdama (1903-1980) M, entre los jesuitas; así como al carmelita Bartolomé de Xiberta (1897-1967) 65 y, entre los teólogos provenientes del clero secular, al canónigo catalán Joan Baptista Manya (1884-1976)66, merecen especial mención. Michele Federico Sciacca (1908-1975), filósofo de neta inspiración cristiana y hondamente interesado por las cuestiones teológicas 67; y Cario Colombo (1909-1991), que, partiendo de un planteamiento clásico, aspiró a una renovación del método teológico que permitiera asumir las aportaciones de la investigación histórica y del pensamiento contemporáneo. William Temple (1881-1944), Reinhold Niebuhr (18921971), jesuíta Bernard Lonergan (1904-1984).

Paul Tillich
(1886-1965)
La Teología —afirma— no puede estructurarse al margen de los desarrollos culturales, en dependencia de la sola fe, sino en conexión con la cultura, más aún, escuchando a la cultura y reaccionando ante ella; debe, en suma, ser una teología que responda, una answering theology.

Sergei Nikolaevich Bulgakov
(1871-1944)
A elaborar un pensamiento teológico que se distinguiera tanto del católico como del protestante, creyó encontrar la clave para ese intento en el concepto de Sofía.

Georges Florovsky
(1893-1986)
Su pensamiento teológico está hondamente inspirado en la patrística y cuya actividad contribuyó fuertemente al desarrollo del Seminario de San Vladimir76; a Vladimir Lossky (1903-1958), que propugnó una teología de acentos fuertemente espirituales, con una clara punta polémica hacia la teología occidental o latina 77; a Pavel Evdokimov (1900-1970), tradición rusa y a la vez abierto a una amplia problemática cultural y al diálogo ecuménico 78; y, finalmente, a Nikolai Afanasieff (1893-1966); conocido sobre todo por su eclesiología, que, centrada hondamente, pero también un tanto unilateralmente, en la Eucaristía, corre el riesgo de desdibujar otros aspectos institucionales.

John Zizioulas
(1931-....)
Cuya eclesiología, aun marcando con fuerza la realidad de la Iglesia particular —como ocurre en toda la teología ortodoxa—, corrige, no obstante, algunos extremos del planteamiento de Afanasief.

Pío XPío XII
(+1958)
Tres encíclicas ocupan, a este respecto, un lugar destacado: la Mystici corporis, del 29 de junio de 1943, sobre la renovación de la eclesiología 2; la Divino afflante Spiritu, del 30 de septiembre del mismo año, sobre los estudios bíblicos y la interpretación de la Sagrada Escritura3; la Mediator Dei, del 20 de noviembre de 1947, sobre el movimiento litúrgico y, en consecuencia, sobre la liturgia en cuanto tal. Una cuarta encíclica, la Humani generis, del 12 de agosto de 1950.

Juan XXIII
XX
Anunció su decisión de convocar un concilio ecuménico: el que sería después designado como Concilio Vaticano II, que nace con el deseo de impulsar una honda renovación eclesial. El Concilio Vaticano II no aprobó ningún documento dedicado específicamente a la Teología. Buscaba, precisamente, dar nuevo impulso a la evangelización, ya que la Teología desempeña un papel decisivo en todo proceso de transmisión de la fe, especialmente en momentos como los contemporáneos, caracterizados por la movilidad cultural.

Pablo VI
XX
La constitución por Pablo VI de la Comisión Teológica Internacional, como organismo encaminado a expresar y fomentar la conexión entre la Santa Sede y el conjunto del mundo teológico, es, junto a otros muchos datos que podrían citarse, claro reflejo de esta nueva e, claro reflejo de esta nueva
situación.

Dietrich Bonhoffer
(1906-1945)
 Es protestante. Expone, con la fuerza y el patetismo que derivan de su situación existencial, una convicción básica: el mundo contemporáneo es un mundo ateo, un mundo en el que se han desvanecido o están en proceso de desvanecerse los signos de la realidad y presencia de Dios; un mundo, pues, en el que el hombre parece llamado a vivir sin apoyarse en Dios.

Karl Rahner
XX
Publicó su obra sistemática más acabada, el Grundkurs des Glaube (Curso fundamental de la fe), durante este período, concretamente en 1976— continuó influyendo fuertemente en el pensar teológico, tanto alemán como de otros países, durante las décadas de 1960 y 1970.

Johann Baptist Metz
(1928-....)
Se debe el relanzamiento de la expresión «teología política. Como reacción a la crítica ilustrada primero y a la marxista después, el pensamiento y la vida cristiana, tras un primer momento contrarrevolucionario y tradicionalista, no encontraron otra vía afirma Metz— que refugiarse en una «privatización» de la fe: ante un mundo que se percibía extraño e incluso hostil, el cristianismo retrocedió, reduciendo el influjo de la fe a la esfera privada.

Jürgen Moltmann
(1926-....)
Teólogo luterano. Edificó su planteamiento teológico en diálogo crítico con Barth y Bultmann, con los que se enfrentó desde la óptica que desde el principio le fue propia: la histórico-práctica o social. en 1964, dio a la luz su primer libro importante: Teología de la esperanza.

Gustavo Gutiérrez
(1.928-....)
El planteamiento de Gutiérrez parte de una afirmación fundamental: la atribución de una radical centralidad a la liberación político-social, entendida a la vez como ideal y como empeño histórico concreto. Inmediatamente le siguieron, como los brasileños Hugo Assmann (1933-...) y Rubén Alves (1933-....), católico el primero, protestante el segundo, o el argentino, pero residente en México, Enrique Dussel (1934-....) el brasileño Leonardo Boff (1938-....), los españoles-salvadoreños Jon Sobrino (1938-....) e Ignacio EHacuria (1930-1989), el uruguayo Juan Luis Segundo (1925-....) El pensamiento de Gustavo Gutiérrez, y de los otros autores mencionados, presupone, desde una perspectiva histórico-social, la situación política y económica de América Latina.

Wolfhardt Pannenberg
(1928-...)
En 1961, de La revelación como historia, obra colectiva de la que Pannenberg escribió la introducción y una síntesis final en forma de tesis teológicas sobre la doctrina acerca de la revelación.

Eberhard Jüngel
(1934-....)
Teólogo luterano. partiendo de un horizonte netamente barthiano, intenta a la vez un ceñido diálogo con la cultura moderna, con particular referencia a su instancia atea, retomando así, aunque con mayor profundidad, la temática abordada por la teología de la secularización y de la «muerte de Dios

Thomas Forsyth Torrance
(1914-....)
Se ha dedicado gran parte de su empeño intelectual a la problemática relacionada con el diálogo entre la fe cristiana y la visión científica (física) del mundo.

John Macquarrie
(1919-....)
Formado en el existencialismo heideggeriano, evolucionó después hacia preocupaciones cada vez más inmediatamente pastorales.

Edward Schillebeeckx
(1914-...)
Estudió: atención al dato positivo, reflexión especulativa inspirada en un tomismo abierto al contexto cultural contemporáneo (lo que, en su caso concreto, implicaba dar entrada al método fenomenológico, etc. En términos sintéticos, puede decirse que Schillebeeckx aspira a elaborar una cristología genética, más concretamente, a esbozar una génesis de la cristología, mostrando el itinerario a través del cual se llega a los dogmas cristológicos.

Hans Küng
(1928-....)
Küng procede, en efecto, a una revisión del dogma cristiano con una metodología histórico-crítica y unos presupuestos especulativos que coinciden en más de un aspecto con los de la escuela protestante liberal del siglo xix.

Hans Urs von Balthasar
(1905-1988)
Hans Urs von Balthasar aspiró, desde el principio, a ofrecer una  síntesis teológica que pusiera de manifiesto la coherencia interior del mensaje cristiano y, en consecuencia, su verdad. La teología patrística y medieval recorrió, con ese fin —afirma en uno de sus escritos más significativos: Sólo el amor es digno de fe—, un itinerario cosmológico, presentando el cristianismo como verdad que da razón de la unidad del cosmos.

Louis Bouyer
(1913-....)
Es fuertemente influido por la patrística, la liturgia y la espiritualidad, subraya en sus obras, de modo muy marcado, la tensión escatológica y teologal que caracterizan a la Iglesia y a la vida cristiana.

Leo
Scheffczyk
(1920-....)
Ha dedicado particular atención a la historia de los dogmas como punto de referencia en orden al impulso de la reflexión teológica.

Giuseppe Colombo
(1923-....)
Hace reflexiones sobre la metodología teológica realizada en nuestros días.

Walter Kasper
(1933-....)
Aspira a desarrollar una teología que, partiendo de la confesión de fe, muestre la infinitud de Dios y dé razón del misterio de la vocación trascendente del hombre.

Joseph Ratzinger
(1927-....)
Ratzinger concibe la Teología, en continuidad con la tradición alemana que va desde Mohler a Karl Adam y Schmaus, como una reflexión en la que la especulación, aun estando presente y con hondura no se independiza sino que se articula en y a través de la referencia a las fuentes bíblicas y patrísticas y del análisis de la historia del pensamiento y de la cultura. pone de relieve uno de sus escritos más representativos: Introducción al cristianismo— a mostrar el carácter a la vez racional y existencial de la fe.

Fritz
Tillmann
(1874-1953)
Al que se debe una aportación destinada a tener amplio eco: la propuesta de exponer la Teología Moral desde la perspectiva del seguimiento de Cristo.



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