Baja escolástica (XIV-XV)
Modelo de escolástica decadente
La crisis de la teología escolástica
medieval.
Causas de la decadencia
El problema que había conciliado en el
periodo del apogeo de la escolástica gracias al desarrollo de santo tomas de
Aquino comienza a perder solvencia. Salvo los Averroístas, nadie afirma que la
razón y fe se contagian explícitamente de acuerdo a una verdad. Se sostiene sí
que la razón posee límites y que son más estrechos de lo que se había pensado
hasta entonces. Después de la muerte de Santo Tomás de Aquino, sobre viene una
rápida decadencia del pensamiento
medieval, dominada por la compilación de sus distinciones y dispersión en
cuestiones de accesorias, ya que los filósofos posteriores a santo tomas
carecen de originalidad filosófica y sus reflexiones no son más que
repeticiones y cuestionamientos ambiguos en sus planteamientos.
El apogeo de la Escolástica, que tiene lugar
en el siglo XIII, viene determinado por tres factores: la fundación de las
Universidades, el establecimiento de órdenes mendicantes, principalmente la de
los dominicos y la de los franciscanos, y el conocimiento de Aristóteles, el
factor más decisivo.
El conocimiento de las doctrinas de
Aristóteles provoca una doble actitud frente a éstas: una postura de rechazo,
por creerlas peligrosas por la fe, y una actitud de aceptación, porque pueden
servir de fundamento para el pensamiento cristiano.
Entre los que toman la actitud de rechazo
frente al aristotelismo se encuentra Alejandro de Hales y San Buenaventura, que
siguen manteniendo la tradición platónico-agustiniana.
Entre los que adoptan la actitud de
aceptación y rompen con la tradición platónica se encuentran Guillermo de
Auvernia que sostiene un aristotelismo averroísta, y San Alberto Magno y Santo
Tomás de Aquino que profesan un aristotelismo cristiano.
Duns Escoto y Guillermo de Ockham para
quienes la inteligencia del mundo y principalmente, la de Dios, serian
cuestionadas; misma línea seria continuada en los pensamientos de sus sucesores
y que darían como resultado de la decadencia de la escolástica. Como teólogo Duns
escoto parte de la fe he intenta verificar las posibles razones de los datos de
la revelación sin discutir su realidad.
El término Escolástica se utiliza para
designar la filosofía cristiana de la Edad Media elaborada en las escuelas.Existían
tres clases de escuelas, dependiendo del ambiente en el que se habían
establecido: las monacales formadas alrededor de los monasterios, las
catedralicias fundadas en las catedrales y las palatinas establecidas en los
palacios de los reyes.
En estas escuelas se cultivaban las artes
liberales, constituidas en el trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el
cuadrivium (Aritmética, Geometría, Astronomía y Música). La primera doctrina
filosófica cultivada sistemáticamente va a ser la Dialéctica. La filosofía
escolástica que se extiende desde el siglo V hasta el siglo XV
En la era de la decadencia de la escolástica: la escolástica era un
hecho evidente en donde cabe mencionar una serie de acontecimientos de esta
crisis teológica, tales como el abuso de la dialéctica en la teología y en la
lucha de las escuelas teológicas entre sí. La oscuridad y aridez en el estilo
literario, la ausencia de figuras teológicas destacadas. La decadencia de la
Escolástica podrimos decir que es un poco
incierta en las mismas que llevan a la crisis del mundo medieval y por lo tanto
influyen muchos factores desde lo escolástico hasta los cultural y filosóficos.
Pero no podemos señalar algunos más específicos que influyeron en la teología.
Habría que fijar la atención en dos cosas principalmente, uno en la raíz filosófica, es decir en el nominalismo como
principio de la escolástica (crisis fe y
razón) y el otro punto es la eclesiástica: el conciliarismo como principio
disgregado en la autoridad eclesiástica. Ambos factores son los que hacen que
la teología del momento no sea ni eclesiástica ni científica, ni nasa y
vigorosa.
Los campos teológicos y filosóficos se
dividen, aunque no implica necesariamente una desvaloración del mundo y la
teología sino, por el contrario, se inspira más bien en un profundo respecto
por lo religioso que aspira a rescatar lo específico de la fe frente a la
contaminación de la filosofía de origen pagano. La teología se alejara del
racionalismo y comenzara a buscar su apoyo en la revelación. Los filósofos, por
el contrario, se aproximan a nuevos problemas: el estudio de la naturaleza y la
ciencia. Comienza a trazarse la revolución intelectual que caracterizará la
atmósfera del Renacimiento y la Reforma.
La escolástica que había llegado a su cumbre
con Tomás de Aquino inicia su crisis en el último período del siglo XIII con la
aparición de Duns Escoto. La actitud crítica de Duns Escoto hacia el tomismo y
la defensa de un voluntarismo exagerado que devalúa la capacidad intelectual
son factores que contribuyen a la crisis de la Escolástica.
Esta crisis se va acentuando y culmina en el
siglo XIV en la figura de Guillermo de Occam y su doctrina nominalista que pone
en peligro el valor de la ciencia. En esta época ya queda claramente
establecida la separación radical de la Filosofía y la Teología, y, por
consiguiente, la ruptura entre razón y fe, lo que constituye una anticipación
del pensamiento moderno.
Juan
Duns Escoto (1266-1308) ingresó muy joven en
la orden franciscana. Estudió magisterio en la Universidad de Oxford y en la de
París. A pesar de su corta vida, su producción intelectual es muy numerosa. Sus
obras más notables son: Obra en Oxford y Cuestiones de París. Duns Escoto
establece una separación radical entre razón y fe. Sostiene que razón y fe son
dos modos de conocer diferentes y tienen un objeto material muy distinto. De
esta forma, las verdades que son objeto de fe (las grandes verdades
metafísicas) no pueden ser demostrables por la razón, y, al contrario, las
verdades conocidas por la razón nunca pueden ser conocidas por la fe.
En metafísica, sostiene la univocidad del
concepto de ser, es decir, el concepto de ser significa cosas muy diversas.
Duns Escoto defiende su teoría sobre el principio de individuación. La raíz de
la individualidad no es, como decía Santo Tomás, la materia sino una formalidad
a la que llama “haecceidad” que hace que una cosa sea ésta y no otra.
Respecto al conocimiento, sostiene que lo
singular, lo individual, es indirectamente inteligible al entendimiento por
medio de una intuición directa. Escoto establece la primacía de la voluntad
sobre la inteligencia (voluntarismo), considerando que esta última debe estar
subordinada a la primera. La voluntad se identifica con la libertad: todo acto
de la voluntad es libre, no está determinado ni siquiera por el bien universal
y absoluto.
Guillermo
de Ockham (1290-1349) Ingresó en la orden de San Francisco y tomó parte activa
en el movimiento intelectual de la época, criticando todos los sistemas
filosóficos anteriores, el agustinismo, el tomismo, el aristotelismo y el
escotismo.
Fue condenado por la autoridad eclesiástica
acusado de hereje. Las obras que escribió versan sobre temas filosóficos,
teológicos y políticos. Entre sus obras de carácter filosófico destacan el
Comentario a las sentencias, Cuestiones cuodlibetales y Compendio de toda la
lógica.
La doctrina de Ockham constituye un sistema
filosófico, coherente y ordenado, fundado sobre el nominalismo. La norma
directriz de la filosofía de Ockham se establece sobre el principio de economía
científica: no hay que multiplicar las realidades o entidades sin verdadera
necesidad. Este principio ha sido llamado la navaja de Ockham. La base
fundamental de su filosofía es la solución nominalista al problema de los
universales.
Ockham considera que sólo existe lo
individual, mientras que las cosas generales, los universales no existen, tan
sólo son términos que simbolizan las cosas individuales y que tienen un valor
lógico. De esta forma, Occam concluye que el único conocimiento científico, con
valor real, que versa sobre lo singular es el conocimiento intuitivo, el
conocimiento obtenido por medio de los sentidos y a través de la experiencia.
Luego no podemos tener un conocimiento cierto
y seguro de la existencia de objetos que trascienden la experiencia. Por lo
tanto, no podemos conocer con certeza la existencia de Dios. El único modo de
conocer a Dios es por la fe y la revelación (fideísmo). Ockham establece así
una separación radical entre la razón y la fe.
Miguel José Garabán Diaz
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