Importancia
de los géneros literarios en la Teología Escolástica
La escolástica fue un período de numerosos cambios
en todos los aspectos de la sociedad, estos cambios también se sienten muy marcados
en el ámbito teológico, en especial por ser la teología el gran interés para el
momento. Esta serie de fuertes cambios surgen por diversas causas, y originan
también distintas características, entre las que podríamos mencionar los géneros
literarios, que también tienen su valor dentro de la historia, pues en ellos se
vierte toda la sistematización teológica del período escolástico[1].
Con dicho aporte, pues, se quiere evidenciar la
importancia que tuvieron los géneros literarios en el quehacer teológico de los
siglos once al catorce, si fueron importantes para el desarrollo de la
teología, cómo influyeron en ese desarrollo, cuáles fueron los más utilizados.
Ante todas estas dudas se hace necesario organizar
una investigación ordenada y fundamentada. Es por eso que éste ensayo se
desarrollará de la siguiente manera: en la primera parte se expondrán los inicios
de los géneros literarios escolásticos, el por qué surgen, debido a qué
circunstancias, y así tener una mejor comprensión de su importancia. Luego
tiene lugar el desarrollo de los géneros literarios, cuáles son los
principales. Seguidamente en un tercer momento se buscará desarrollar la
importancia de esos géneros y su influencia en la labor teológica.
Como primero urge decir que los géneros literarios
están muy emparentados con las universidades y sus métodos educativos
utilizados para la enseñanza. Es por eso que nuestro análisis debe comenzar por
el estudio de esos ambientes educativos pues «los géneros literarios escolásticos responden a las
circunstancias en que se desenvuelven. Guardan una estrecha relación con la
vida docente, con la vida de la escuela, luego con las universidades.»[2]
Es de destacar entonces que la vida de las
universidades y la implementación de sus métodos de enseñanza permiten y
fortalecen el desarrollo de los géneros literarios de la época escolástica. De
ésta manera encontramos, como veremos más adelante en la exposición de los
géneros literarios propiamente dicho, los comentarios bíblicos y de las obras
de los Padres de la Iglesia, ésta actividad también es conocida como lectio, igualmente la disputatio en la cual se daba lugar a la
discusión dirigida por el maestro. También se presenta la predicación como un género literario desarrollado en el contexto
universitario/educativo, por medio del cual se buscaba enseñar, formar y
purificar la fe de los creyentes.
No así encontramos también algunos géneros que son
el producto de la genialidad de ciertos autores empeñados en realizar una
síntesis de toda la teología para el momento, es así como surgen las sumas, que no son sino el producto del
esfuerzo por sintetizar la fe, las cuales utilizan también un estilo de
argumentación similar a la disputatio. Igualmente encontramos los opúsculos o monografías que son
redacciones literarias de los maestros de teología donde argumentaba sobre
temas específicos.
Como podemos ver, todos los géneros literarios
surgen o tienen influencia, de una u otra forma, del modelo educativo
universitario, pues la formación exigía la utilización de estas formas para el
aprendizaje, a la par, las monografías y las sumas son consecuencias del mismo
método que buscaba siempre, de la forma más concreta y prolija, el acceso al
saber, en este caso el saber teológico expresado de manera sintética.
Ahora, ya conociendo el origen de los géneros
literarios, pasaré a desarrollar cada una de ellos y comenzaré por los más
importantes. Según el libro de Historia de la Teología de Juan Belda Plans se
presentan como principales cuatro géneros literarios:
En un primer lugar se encuentran los Comentarios a la Sagrada Escritura, que
con ayuda del método escolástico, se estudian un gran número de cuestiones
teológicas que ofrece la lectura de la Palabra de Dios. De estas obras dejaron
casi todos los grandes maestros escolásticos. Luego estarían los Comentarios a los libros de las Sentencias
de Pedro Lombardo, considerados como la expresión genuina de la tradición
escolástica.
En un tercer grupo estarían las Quodlibeta o Cuestiones disputatae, que son colecciones de
monografías teológicas, fruto de la redacción literaria de las tesis que un
maestro de teología debía exponer y demostrar durante el curso académico sobre
puntos fundamentales de Filosofía y Teología. Constituyen la prueba decisiva de
la capacidad científica del autor y en ellas se muestra claramente la unidad de
la ciencia teológica de aquel tiempo: exegesis, dogmática, moral, liturgia,
derecho.
Por último Belda Plans presenta las Sumas teológicas, obras en las cuales
los autores formulan su propio sistema escolástico con originalidad e
independencia de criterio, generalmente compuestas en la madurez de cada autor,
por lo cual suelen considerarse como la expresión más perfecta de su
pensamiento teológico. Las sumas son un
intento de síntesis de la teología por lo que se caracterizarán por la
concisión y la claridad. Son un esfuerzo por organizar el saber desde dentro.
La suma no es un género sólo de teología, hay sumas de derecho y otras ramas. No
correspondían al programa académico por lo que los maestros al escribirlas
hacían una obra más personal. Eran síntesis nuevas y en cierto modo originales.
Las sumas son, pues, sistemas. En la base de toda suma están las Sentencias de
Pedro Lombardo, que son sobre las que los otros autores elaboran su trabajo. Se
trata de ver cómo el autor supera o modifica a Lombardo, cómo trata los temas y
en qué orden. En las sumas se puede ver la evolución del pensamiento de un
autor. Las sumas comienzan con la explicación de lo que es la teología.
Entre todas las Sumas la de más importancia sería la
Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, compuesta a lo largo de varios años: 1266-69 la primera parte: Dios y las obras ad extra; 1269-72 la segunda
parte: el retorno a Dios, los actos humanos y las virtudes; 1273-74 la
tercera parte: teología de la Encarnación, la Redención, los sacramentos y los
fines últimos. Esta tercera parte quedó incompleta a la muerte de Santo Tomás faltándole
el sacramento del matrimonio y la escatología. Es impresionante la unidad y la
falta de repeticiones y correcciones que se ven en toda la obra.
También existen otros grupos de géneros literarios a
tener en cuenta y que no están mencionados en el libro de Belda Plans, y estos son:
la Lectio, lección ordinaria del
maestro de teología que se basa en la lectura de autores, en la cual el maestro
elegía el libro a comentar y comenzaba explicando la estructura interna del
libro. Después pasaba al comentario o expositio, que constaba de tres partes:
la primera denominada Litteram, en
donde el maestro daba el vocabulario explicando el significado de algunos
términos necesarios para que se entendiera el texto. La segunda llamada Sensum, en la cual el maestro proporcionaba
los sinónimos de esos términos para aproximar el texto. Y como tercera la Sententiam que era la exposición del
contenido doctrinal. Este método entonces se basaba prácticamente en pensar
leyendo, dándole un nuevo sentido al texto.
Otro de los géneros es la Disputatio, discusión dirigida por el maestro al margen del
texto que daba pie para ello. El maestro intervenía para aclarar y dar la
solución al final, lo que se denominba la determinatio. Los que intervenían
eran: el oponens (que debía dar argumentos opuestos a los del maestro) y el
respondens (que debía encontrar la solución al problema antes de que el maestro
hablara al final). La disputatio se convirtió con el tiempo en requisito para
la formación de los alumnos. Existían dos disputatio clásicos: la quaestio disputata, que es la que
llevaba a cabo el maestro con sus alumnos en el aula, podía ser privada o pública,
cuando era privada participaban sólo los alumnos con su maestro, cuando era
pública se reunían varios maestros con sus alumnos. De estas sesiones lo que
queda son mayormente notas, a veces el maestro ponía su tesis final por
escrito. Y la disputa de quodlibet o
extraordinaria, que tuvo su esplendor entre 1250 y 1320, y que eran
cuestiones abiertas a lo que los asistentes quisieran presentar, asistía mucha
gente y no era obligatoria.
La Predicación también formó parte de los géneros del momento, lo
que se denominaba como el sermón universitario, obligatoria para los maestros y
bachilleres, pronunciada en latín y de un alto nivel técnico. Se trataba de
instruir, por lo que no es un mero arte por el arte, hacían algo bello con el
fin de instruir. Este tipo de género literario tenía un fin más bien
escatológico, no se trataba de vencer a algún oponente con argumentos sino de
ganar almas. Este sermón se dividía en tres partes: thema, prothema y
desarrollo. Se comenzaba con la Sagrada Escritura, eligiendo un texto llamado thema, fundamento de lo que se
desarrollaría después. Luego venía el prothema,
tomado también de la Biblia, que es una oración dirigida a Dios que guarda
relación con el thema. Y por último el desarrollo
o sermón propiamente dicho, en él cual aparecían definiciones de palabras
profundizando en su significación moral, en la exposición se empleaban varias
técnicas de oratoria, como por ejemplo: reforzar una verdad con su contrario,
dejar la respuesta al público, dar ejemplos concretos, anécdotas, ponerse
objeciones y resolverlas, utilizar simbolismos y alegorías.
Habiendo ya visto los diversos géneros literarios
presentes en el método escolástico podemos pasar a responder a la pregunta de
si son realmente importantes en el quehacer teológico. Como logramos vislumbrar
anteriormente, los géneros literarios son producto de la enseñanza educativa
dada sobre todo en las universidades, por lo cual los géneros literarios se
convertirían en las formas principales en que se vierte el pensamiento de los
escolásticos. Estos responden a las circunstancias en que se desenvuelven.
Guardan una estrecha relación con la vida docente, con la vida de la escuela,
luego con las universidades.
Es indudable entonces que los recursos literarios de
los cuales se valieron los teólogos y pensadores de los siglos XII, XIII y XIV
marcaron pauta en el desarrollo de la teología escolástica, pues ellos guiaron,
gracias a sus métodos, todo el progreso y perfeccionamiento de la teología
hasta llegar a su mayor expresión: las sumas. Todo este tratamiento sistemático
de la teología no se hubiese podido alcanzar si no por medio de los métodos
literarios utilizados en su momento.
Estudiante: Casanova Medina Enzo Enmanuel
[2] Luis
Eduardo Cantero, «Incidencia de la
escolástica sobre la teología en general en el Medioevo, en la Edad Moderna y
en la Edad Contemporánea», en la página
de Monografías, p.1. ˂http://www.monografias.com/trabajos44/escolastica-y-tecnologia/escolastica-y-tecnologia2.shtml#ixzz3wzKQMnJ7˃
(Ingreso: 11-01-2016)
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